En este boletín, se analizan varios temas sobre el impacto de las redes sociales (RS) en el área de la Salud Mental. El uso de las RS es un fenómeno ubicuo, y como se verá en las siguientes revisiones una gran parte de la población mundial las utiliza y México no es la excepción. El tipo de interacción que se da en las RS es un fenómeno nuevo que no se había presentado nunca en la historia de la humanidad. La manera en la que la sociedad vaya a dar uso a estas interacciones debería ser provechosa, sin embargo, no estamos exentos de riesgos sobre todo en poblaciones vulnerables como el uso excesivo que distraiga de otras actividades, interacciones que generan malestar (acoso o cyberbullying), y también la exacerbación de síntomas presentes en ciertas personas. Es necesario conocer algunos de estos riesgos y promover el uso racional de las RS entre toda la población.

La mitad de la población en el mundo tiene acceso a servicios relacionados con internet de la cual hasta el 97% utiliza alguna red social (RS). México no es la excepción y se calculó que en 2022 hasta 94 millones de mexicanos utilizaron RS. Se sabe que de un 5 a un 10% de estos usuarios de RS pueden llegar a cumplir con los criterios para el Uso Problemático de Redes Sociales. Las personas con sintomatología depresiva, ansiosa, baja autoestima, sentimientos de soledad, algunos rasgos específicos de personalidad, TDM, TDAH, TOC están en especial riesgo. Regular el tiempo en las RS así como algunas intervenciones como la terapia cognitivo conductual (TCC) basada en el mindfulness pueden ser útiles para evitar este uso problemático.

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El uso de las redes sociales (RS) es ubicuo en prácticamente toda la población del orbe. En el caso de las personas con trastornos mentales graves (TMG) es prácticamente igual que para el resto de la población. Este uso de las RS puede promover un mayor sentido de conexión y pertenencia entre las personas con TMG, puede ayudar a la psicoeducación, pero no está exenta de riesgos porque se ha reportado que algunas personas con TMG perciben una estigmatización o ambientes hostiles en algunas RS. Diversos estudios han sugerido que los profesionales de la salud mental deben involucrarse y participar activamente en los grupos de apoyo entre pares para que estos funcionen mejor.

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Se ha estimado que el uso de redes sociales (RS) por adolescentes es del 97%. La prevalencia de trastornos depresivos en esta población puede ser alta, sobre todo en aquella con sintomatología subsindromática (hasta el 34%). Con el uso de RS excesivo (más de 1 hora al día), aumenta la presencia de síntomas depresivos y se genera un mayor riesgo para algunas subpoblaciones de adolescentes. Diferentes estudios recomiendan que exista supervisión y control de los padres sobre el uso de las RS; la mejor forma es cuando se habla abiertamente sobre los contenidos y de forma voluntaria con los adolescentes, además de tener una monitorización en tiempo real del uso de las RS.

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El uso de la inteligencia artificial, específicamente el subtipo “aprendizaje automático” pueden utilizarse en el ámbito de la medicina. En el caso de la salud mental, dada la relevancia de que las personas busquen atención oportuna, se ha propuesto que podría ser útil la identificación de algunos datos en las RS que ayuden a identificar a las personas con riesgo de estar cursando con algún padecimiento o trastorno psiquiátrico.

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