La adicción a la comida en el trastorno de la conducta alimentaria y en la obesidad: Análisis de grupos e implicaciones para el tratamiento

La adicción a la comida en el trastorno de la conducta alimentaria y en la obesidad: Análisis de grupos e implicaciones para el tratamiento

La adicción a la comida (FA, por sus siglas en inglés) es un concepto que ha generado el interés científico y el debate. Aunque el concepto se utilizó inicialmente para explicar un subtipo de obesidad (OBE), el constructo de FA ha sido asociado con los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) como la bulimia nervosa (BN), el trastorno por atracón (BED, por sus siglas inglés), e incluso con la anorexia nervosa (AN). La escala de adicción a la comida de Yale (YFAS) es el instrumento principal de valoración de la FA. Existe poca evidencia respecto de la identificación de los factores determinantes clave de la FA basados en rasgos de personalidad o síntomas relacionados con el TCA. En individuos con OBE en espera de cirugía bariátrica, la FA está asociada a rasgos de personalidad tales como neurosis, impulsividad y alexitimia, así como la evitación del daño y pérdida de autocontrol. La FA también se ha asociado con variantes más severas de psicopatologías relacionadas con los TCA y síntomas más graves relacionados con la salud mental, como los episodios depresivos mayores, la ansiedad, el abuso sexual o psicológico, y en general con una calidad de vida reducida.

En este estudio los autores exploran la severidad de los grupos con FA positivo (FA+) basados en sintomatología de tipo psicopatológico y rasgos de personalidad. Plantean la hipótesis de que la severidad de la psicopatología relacionada con el TCA y con la psicopatología en general, y los rasgos de personalidad, serían factores determinantes de los diferentes fenotipos de la FA. La razón para realizar este tipo de análisis fue la de ganar perspectiva en la posibilidad de que los diferentes grupos con FA+ se puedan traducir en futuros tratamientos enfocados en los síntomas para los fenotipos de FA+, tanto en pacientes OBE como con TCA.

Este estudio se llevó a cabo en 234 mujeres de entre 18 y 60 años que fueron FA + de acuerdo a la escala YFAS2, y que también fueron diagnosticadas con TCA u OBE.

De éstas, 119 padecen BN; 50, BED; 49, trastornos alimentarios especificados (OSFED, por sus siglas en inglés); y 16, OBE.

Entre las participantes con índice de masa corporal (IMC) > 30 se encuentran las 16 diagnosticadas con OBE, 42 con BED (84%), 27 con BN (22.7%) y 2 con OSFED (4.1%).

Se excluyeron del estudio a pacientes con AN y a pacientes masculinos.

Para la evaluación se emplearon los siguientes instrumentos: Inventario de trastornos alimentarios 2 (TCAI-2), Lista de sintomatología revisada (SCL-90-R), Escala de adicción a la comida de Yale (YFAS 2), Inventario de temperamento y carácter (TCI - R) y sus respectivas puntuaciones como indicadores para ser analizados posteriormente por medio de un análisis bifásico de grupos (clusters).

Como resultado de este análisis se caracterizaron tres grupos ordenados por el grado de alteración psicopatológica y los perfiles de personalidad. El grupo 1, denominado grupo disfuncional, fue el de menor rango de edad, con menor duración del TCA, pero con una mayor severidad del mismo y peor estado psicopatológico. Asimismo, este grupo fue el de menor IMC con una media de 27.6.

El grupo 2, denominado grupo moderado, fue el de mayor duración del TCA, con IMC con media de 30.3, y fue el grupo que presentó el mayor índice de adicción a la comida FA. El grupo 3, denominado grupo funcional, presentó los puntajes más bajos en las escalas TCAI-2 y SCL-90R, e IMC similares al grupo 2.

Figura 1. Representación del porcentaje de participantes pertenecientes a un subtipo de TCA y FA correspondiente a cada grupo.

En el grupo disfuncional, grupo 1, se encontró una mayor prevalencia de OSFED y BN, ambas condiciones caracterizadas por rasgos de personalidad más disfuncionales, mayor impulsividad y psicopatología general, así como peor pronóstico. Los rasgos de personalidad más elevados en el grupo disfuncional fueron: mayor dificultad para establecer metas y objetivos para guiar sus vidas, niveles altos de ansiedad, miedo, preocupación (evitación del peligro), egocentrismo (menor cooperatividad). Este grupo fue asociado también con mayores niveles de búsqueda de la novedad, que es un predictor de conductas de riesgo, asociado con el abuso de sustancias adictivas y las patologías de TCA. La similitud de estas características con perfiles que muestran tendencia a la adicción, sugieren que es importante en la etiología y mantenimiento del FA+, y podría ser el foco para una intervención específica. Investigaciones previas sugieren que puntajes altos de FA+ se han asociado con peores pronósticos en pacientes con BN. Para ser exitoso, el tratamiento para los pacientes que pertenezcan a este grupo debería enfocarse en las características psicológicas y psiquiátricas principales, adicionales a los factores que pueden mantener la FA. El grupo 2, el moderado, fue el que presentó el nivel más alto de FA+ aunque los niveles de funcionalidad eran más adaptativos que en el grupo 1, por lo tanto, se formuló la hipótesis de que es la FA+ la que determina principalmente las características de este grupo. Respecto a los rasgos de personalidad, predominan la evitación del daño y la falta de autocontrol, aunque en niveles moderados, comparados con el grupo disfuncional. Se encontró una alta prevalencia de pacientes con BN y BED dentro de este grupo. Los puntajes más altos de FA+ se han asociado con pacientes con subtipos de TCA con tendencia al atracón, ya que durante estos episodios se consumen alimentos altos en grasas y en azúcares que resultan en un número mayor síntomas de FA debido a la similitud entre las respuestas neurales modulados por dopamina generados por la comida y los generados por otras sustancias adictivas. La urgencia por comer un tipo particular de alimentos es semejante a las respuestas a las señales generadas por drogas en trastornos por abuso de sustancias, por lo tanto se puede sugerir que el tratamiento dirigido a los pacientes en este grupo debería focalizarse en los procesos neurales de recompensa que mantienen los trastornos adictivos. Las intervenciones desarrolladas para las adicciones podrían ser aplicadas para las conductas de BED tales como el entrenamiento en la reducción de la reactividad a las señales del alimento para reducir el deseo intenso, así como una reducción en la ingesta de alimentos altos en grasa y azúcares, ya que hiperactivan estos sistemas de recompensa.

Figura 2. Contiene una gráfica de radar que compara los grupos con las principales variables clínicas del estudio.

El grupo adaptativo, grupo 3, presenta niveles de personalidad más funcionales y niveles más bajos de psicopatología general y niveles más bajos de FA+. Es importante mencionar que dentro de este grupo existió un mayor número de pacientes con obesidad sin TCA. Se cree que el IMC podría jugar un papel importante en este grupo, considerando que en la muestra estudiada existen diferencias significativas estadísticas entre el grupo 1 y el 3 en cuanto al IMC. Se ha sugerido que los niveles de adiposidad visceral podrían ser mediadores de la relación entre la red de conectividad de la ínsula medial dorsal y el deseo intenso por la comida, ya que la adiposidad visceral altera la comunicación de la ínsula para las señales homeostásicas del cuerpo que pueden impulsar los deseos intensos de consumir alimentos. Dadas las características de este grupo, se puede plantear que los cambios nutricionales con impacto positivo en la reducción del IMC también pueden ser beneficiosos para reducir la FA por medio de la reducción de los episodios de deseo intenso. Finalmente, existe una representación moderada de pacientes con BED. Esta comorbilidad (OBE y BED) puede deberse a la asociación de características tales como comer entre comidas, antojos incontrolables y comer por factores emocionales o hedónicos. En estos pacientes, abordar estos factores y sus consecuencias negativas puede ser un foco importante en el tratamiento.

  • Magdalena Ocampo
REFERENCIAS
  • Jiménez-Murcia S, Agüera Z, Paslakis G, Munguia L y cols. Food addiction in eating disorders and obesity: Analysis of clusters and implications for treatment. Nutrients, 2019; 11(11):E2633. doi: 10.3390/ nu11112633