En la actualidad el trastorno depresivo mayor es la segunda causa de incapacidad en los países desarrollados y la cuarta en el ámbito mundial. De acuerdo con las proyecciones estimadas, se considera que para el año 2020 pasará a ser la segunda. Tal vez el aspecto de mayor importancia que tiene la depresión es el relativo al impacto que produce sobre el funcionamiento psicosocial en particular y en la calidad de vida en general.
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El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) tiene habitualmente una evolución crónica con exacerbaciones periódicas. Su relevancia dentro de la clínica empieza recientemente a ponerse de manifiesto, al considerarlo como un padecimiento frecuente tanto en forma individual como asociado a otro tipo de trastornos. Hasta hace no mucho tiempo el único tratamiento utilizado para esta entidad consistía en las benzodiazepinas; sin embargo, ahora hay evidencia de que otras alternativas farmacológicas como el uso de los antidepresivos de recaptación selectiva, tienen también efectividad.
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Es un hecho bien conocido dentro de la comunidad médica que las mujeres acuden al médico con más frecuencia que los varones y que por ende consumen un mayor número de fármacos prescritos por los galenos, ¿significa esto qué las mujeres enferman más? Se ha documentado estadísticamente, sobre todo en los países industrializados, que los hombres viven en promedio de 5 a 7 años menos que las mujeres. Desde el nacimiento, el sexo masculino es más vulnerable (mueren al nacer 7.7 contra 5.8 por cada 1000 lactantes) que el femenino.
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No se puede decir que la academia sea actualmente autónoma. La asociación entre la industria y la academia ha propiciado cambios innovadores, rápidos y eficientes; sin embargo, el precio que se ha pagado es la pérdida de la libertad en torno a los intereses generados por los patrocinadores. Los patrocinadores no sólo pagan en efectivo sino en especie y esto afecta de forma amplia a la mayoría de los centros académicos, principalmente a universidades e instituciones de investigación.
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Dentro de los trastornos del comportamiento (TC) en la infancia se describen dos, según la clasificación del DSM IV: el trastorno disocial (TD) y el trastorno oposicionista desafiante (TOD). El primero se caracteriza por presentar un comportamiento agresivo, destructivo y fraudulento, que incurre en violaciones a los derechos de los demás; y el segundo constituye una reacción ante la autoridad representada por el adulto, sin que llegue a ser prominente la desorganización del primero.
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