Los médicos se enfrentan a una crisis desde el inicio de la pandemia por COVID-19; el impacto de esta catástrofe en parejas de médicos ha sido importante y ocurre en una situación ya dispar. En este estudio se demuestra que las mujeres presentan mayor preocupación acerca de la seguridad de su empleo, las finanzas, y la salud personal y de la familia. Así mismo, una gran cantidad de médicos reportan desgaste físico y emocional importantes a raíz de la pandemia; ser mujer y tener hijos menores de 5 años, son dos factores asociados a un mayor desgaste. Mientras que la pandemia resulta una situación de estrés significativo para todos los médicos, las mujeres dentro de las parejas de médicos han sido desproporcionadamente afectadas, lo cual demuestra la necesidad de modificar las políticas institucionales y promover el apoyo para este grupo específico del gremio médico.

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Dentro de la población de los Estados Unidos de América (EE. UU.) se observa una alta incidencia de matrimonios entre profesionales de la salud. Anteriormente se reportó que esto podría afectar la productividad profesional de los involucrados de diversas maneras. En este estudio mediante el análisis de datos de la población de los profesionales de la salud de EE. UU. Se encontraron desigualdades de género significativas entre los cónyuges médicos en cuanto al horario laboral y al salario, así como una diferencia más marcada de esto en áreas rurales que en zonas urbanas. La comprensión de estos acontecimientos y la causa de ellos puede ayudar a determinar una estrategia para promover una equidad en la fuerza laboral de los médicos.

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Los factores psicosociales son contribuyentes importantes a la salud y el bienestar de la persona. El modelo de desequilibrio Esfuerzo-Recompensa (ER), es una medida del estrés laboral psicosocial que comprende 3 tres escalas psicométricas: esfuerzo, recompensa y sobrecompromiso. Este modelo es útil para estudiar los entornos de trabajo entre diferentes grupos de poblaciones al evaluar si existe algún desequilibrio negativo entre las contribuciones experimentadas y las ganancias en el trabajo. Los proveedores de atención médica se encuentran bajo mayor presión y carga de trabajo, que otros profesionistas. El desequilibrio esfuerzo-recompensa entre el personal de salud puede verse influenciado por muchos factores, uno de ellos es el género. Las mujeres empleadas experimentan peores condiciones de trabajo psicosociales que los hombres. Además, se ha identificado una asociación entre la ER y el estrés y la insatisfacción laboral que conduce directamente a problemas de salud como riesgo cardiovascular y afecciones médicas, incluida la diabetes tipo II, así como trastornos y síntomas psiquiátricos.

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La enfermedad (COVID-19) ha interrumpido el sistema académico a nivel mundial y ha expuesto las desigualdades, vulnerabilidades y el costo desigual (en productividad científica y salud mental) que la pandemia ha cobrado entre las mujeres científicas dentro de un sistema que no fue construido por o para las mujeres en general, y las madres en particular. Con el cierre de escuelas y guarderías, la pandemia y el trabajo doméstico, las académicas deben administrar sus laboratorios, incluida la investigación, utilizando metodologías remotas, así como transferir cursos a plataformas en línea y continuar con la productividad académica, al mismo tiempo que cuidan y educan a sus hijos en el hogar. La disminución en las horas de trabajo en las madres de niños preescolares puede explicar la disminución de la productividad reportada entre este grupo (es decir, una disminución estadísticamente significativa en las publicaciones del primer autor / autor correspondiente, revisión de los artículos por pares y una disminución en la asistencia a reuniones del panel de financiamiento).

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