De acuerdo a un trabajo de investigación clínica recientemente publicado, los individuos con trastornos de ansiedad que inician en la adolescencia, tienen mayores probabilidades de desarrollar posteriormente un trastorno bipolar del tipo I (TB-I), sobre todo, si además presentan algún trastorno de la conducta en comorbilidad. Los estudios efectuados en pacientes bipolares adultos muestran que la co-ocurrencia de trastornos de ansiedad es frecuente en ellos; cuando esta comorbilidad se presenta, la carga de la enfermedad, comprendida en términos de gravedad de síntomas y de pobre respuesta terapéutica, es mayor.

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El constante progreso en las neurociencias que está enriqueciendo nuestro conocimiento sobre los correlatos neurales de la mente, suscita necesariamente problemas éticos de importancia. Esta situación es abordada en este trabajo con los siguientes cuestionamientos: ¿Cuáles son las consecuencias sociales y culturales de la tecnología que permiten a los seres humanos manipular sus propias mentes? ¿Qué impacto podrían tener las neurociencias en el entendimiento de uno mismo y en el concepto de seres humanos en general? ¿Somos lo que hacemos en estos tiempos de «tecnología de la conciencia»?

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Del 13 al 14 de enero del año 2005, se realizó un segundo consenso en la ciudad norteamericana de Dallas, cuyo objetivo fue revisar y actualizar los algoritmos de la guía de tratamiento farmacológico para el trastorno depresivo mayor (TDM) en niños y adolescentes, con el fin de mejorar los resultados clínicos. Las recientes revisiones sobre estudios doble ciego, aleatorizados con placebo, demuestran la eficacia y seguridad de los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina (ISRS) en niños y adolescentes con TDM.

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Dos contribuciones recientes al manejo farmacológico de la dependencia del alcohol abren nuevas posibilidades de tratar exitosamente esta compleja patología. Es innegable que el alcoholismo es una entidad clínica de difícil manejo farmacológico. El uso de disulfiram requiere de un apego estricto, mientras que el acamprosato y la naltrexona generan beneficios limitados.

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La frecuencia del trastorno bipolar (TB) de inicio en la infancia, que anteriormente se diagnosticaba poco, se ha incrementado en años recientes. De acuerdo a los registros de casos efectuados en los Estados Unidos de Norteamérica, la media de la edad de inicio del TB se ha reducido en la última década en 4.5 años. Si bien para muchos expertos el diagnóstico de esta enfermedad en la etapa prepuberal es un tema de discusión, es indudable que los casos diagnosticados van en aumento.

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Este artículo de revisión evalúa las publicaciones más recientes sobre el tratamiento farmacológico de las fases maniacas del trastorno bipolar, utilizando ya sea la monoterapia, consistente en la administración de un fármaco estabilizador del estado de ánimo, o bien la combinación de un estabilizador y un antipsicótico.

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