El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es una entidad clínica que se caracteriza por la presencia de ansiedad producida por la aparición de obsesiones (pensamientos intrusivos persistentes) y compulsiones (conducta repetitiva sin sentido). Los cuadros graves generan un nivel importante de incapacidad funcional que afecta seriamente la vida de los pacientes.

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Ante la ausencia de tratamientos más eficaces, más seguros y mejor tolerados, los antipsicóticos atípicos son indudablemente los medicamentos de mayor prescrpción en el manejo de las alteraciones conductuales de los trastornos de demencia (TD). A pesar de su uso extendido, la evidencia existente en la actualidad, si bien limitada, sugiere que este grupo de medicamentos tiene un efecto modesto para el control de dichas alteraciones además de limitado debido al riesgo de generar efectos colaterales.

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Una de las limitaciones que persiste en el tratamiento farmacológico de los trastornos depresivos es el tiempo de latencia entre el inicio del medicamento y la aparición de la respuesta clínica. A pesar de que en la actualidad se cuenta con un amplio número de estos fármacos, hasta ahora no se ha documentado que alguno de ellos genere una respuesta más temprana que el resto.

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La fase depresiva del trastorno bipolar es frecuentemente difícil de tratar con éxito. Algunos estudios recientes han mostrado que agregar antidepresivos a los estabilizadores del ánimo no es suficiente para muchos pacientes. Por lo tanto es necesario buscar nuevas opciones farmacológicas que puedan brindar un mejor efecto terapéutico

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Una situación que los clínicos enfrentan con relativa frecuencia, es la necesidad de proporcionar tratamientos farmacológicos a pacientes embarazadas con distintos tipos de trastornos psiquiátricos. Estas situaciones requieren de una valoración adecuada para decidir cuándo son indispensables estos manejos y, sobre todo, conocer con suficiencia los riesgos y beneficios que conllevan.

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A través de estudios experimentales en animales se ha documentado que la pérdida crónica del sueño tiene efectos importantes sobre los procesos de neurogénesis. En el humano, el insomnio persistente genera alteraciones en las funciones neurocognitivas y en la consolidación de la memoria dependiente de la actividad del hipocampo.

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La depresión mayor (DM) diagnosticada a travéso de criterios estandarizados, se ha asociado prospectivamente al infarto del miocardio (IM), y a un incremento de la morbilidad global y la mortalidad por causas cardiovasculares. Por otra parte, las rehospitalizaciones por sintomatología depresiva son frecuentemente encontradas en individuos con una incidencia aumentada de IM, de eventos cardiovasculares y de insuficiencia coronaria.

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