Cada vez es más frecuente que el clínico tenga que tratar trastornos afectivos en individuos con otro tipo de enfermedades en comorbilidad. Esto implica la valoración, con detenimiento, de los riesgos y los beneficios de iniciar un tratamiento con antidepresivos.

Muchos estudios han demostrado que la depresión mayor (DM) ocurre debido a alteraciones en el funcionamiento de neurotransmisores así como en la función inmunológica y endocrina. Se ha encontrado una asociación significativa entre DM y respuesta inmune disminuida, en contraste con el hallazgo del aumento de las concentraciones de las proteínas de fase aguda.

La utilización de algunos antipsicóticos atípicos (AA) o de segunda generación, se ha asociado al desarrollo de una excesiva ganancia de peso corporal y de enfermedades como la diabetes mellitus, sin que se conozca con precisión el mecanismo causal involucrado.

No se pueden dividir los factores que en conjunto determinan la compleja conducta humana. Es necesario integrar los conocimientos provenientes tanto de las ciencias psicosociales como de los que se originan en la investigación biológica.

Está claramente documentado que los enfermos bipolares presentan, a lo largo de la vida, más episodios depresivos que maniacos o hipomaniacos. Si bien la problemática médica y familiar es más impactante en los estados de manía, los enfermos en etapas depresivas manifiestan una severa afectación y malestar que muchas veces incluyen la ideación y conducta suicida.

Los pacientes que reciben antipsicóticos tienen más problemas de disfunción sexual en comparación con lo reportado en la población general y con los esquizofrénicos que no reciben tratamiento. Este problema ha sido documentado tanto en el uso de antipsicóticos convencionales como con el de los atípicos.

El tabaquismo se ha reconocido como un riesgo importante para la salud en general. Si bien muchos fumadores intentan dejar el tabaco, se calcula que sólo el 10% de ellos logra mantenerse en abstinencia de manera permanente. Estos bajos resultados se explican, debido a que la nicotina es una sustancia que produce una fuerte dependencia y los síntomas de supresión son difíciles de tolerar.