El trastorno bipolar (TB) es una entidad clínica que en ocasiones resulta difícil de tratar. De acuerdo a un reciente análisis longitudinal efectuado en una cohorte de pacientes bipolares, parece ser que la polaridad predominante en los enfermos a lo largo del tiempo tiene implicaciones tanto para el pronóstico como para el tratamiento.

Las neuroimágenes, al proveer información de alteraciones estructurales del cerebro y la médula espinal, han transformado hoy en día la práctica de las neurociencias clínicas en forma rápida y no invasiva. Sin embargo muchos padecimientos tanto neurológicos como psiquiátricos (por ejemplo, el dolor, los trastornos del movimiento, la depresión y las psicosis) no se asocian con las anormalidades estructurales que puedan ser detectadas con estas tecnologías.

Las caspasas son enzimas que cortan las proteínas en regiones específicas de la secuencia de aminoácidos. Dos recientes publicaciones muestran que su bloqueo en ciertas proteínas relacionadas con las enfermedades de Alzheimer (EA) y de Huntington (EH) limita, en modelos animales, el desarrollo de las manifestaciones de estos padecimientos.

La depresión posparto (DP) ha sido tema de interés en la bibliografía sobre la salud mental en los últimos años. Está claro ahora que esta forma de presentación de trastorno afectivo empieza a evaluarse en forma suficiente, por lo que en la actualidad ya existe más conocimiento de su existencia. Esto ha repercutido en que, tanto los trabajadores de la salud mental como los mismos obstetras, identifiquen los casos con mayor frecuencia e inicien tratamientos adecuados.

Los efectos que generan los antidepresivos sobre las células nerviosas permanecen aún sin dilucidarse de manera definitiva. Hasta ahora queda claramente establecido que los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina (ISRS) como la fluoxetina (FLX), promueven la formación de nuevas neuronas en el giro dentado (GD) del cerebro adulto.