A lo largo de muchos años, el tratamiento antipsicótico ha sido considerado como fase-dependiente, con distinciones confinadas realmente en aspectos de tratamiento agudo versus manejo de mantenimiento. La noción para considerar el tratamiento de la psicosis etapa-dependiente, dependía de en qué punto se encontraba el paciente en el curso de la enfermedad.
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La depresión postparto (DP) es una condición patológica que en muchas ocasiones no se diagnostica. El problema representa un reto en el campo de la salud pública, ya que las repercusiones al no identificarla y tratarla son severas, tanto para la madre como para el producto y la familia. Por otra parte, existe todavía en muchos sectores de la población, la creencia de que éste es un fenómeno natural e inevitable para muchas mujeres.
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A pesar de los recientes avances en el manejo farmacológico de la esquizofrenia, hasta 80% de los pacientes presentan más de un episodio. Además, el pronóstico se empobrece cuando la enfermedad se asocia a un trastorno afectivo, o bien cuando el trastorno del afecto se acompaña de sintomatología psicótica.
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La depresión mayor (DM), es una condición que afecta aproximadamente a 5% de los niños y adolescentes y debido a la carga aguda y crónica que se asocia a ésta, es de singular importancia el desarrollo de tratamientos efectivos. Durante las últimas dos décadas, la disponibilidad de los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina (ISRS), ha transformado el tratamiento de la depresión pediátrica; actualmente los ISRS y otros nuevos antidepresivos (bupropión, mirtazapina, venlafaxina) se han convertido en la primera elección.
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Se ha comprobado reiteradamente que ciertos cambios en las funciones cognoscitivas se presentan en diversos grados en los pacientes deprimidos tanto unipolares como bipolares, durante las fases de eutimia. Además es factible considerar que la afectación de estas funciones se incrementa conforme avanza el tiempo de evolución de los padecimientos.
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