En la década de los años noventa, aparecieron los primeros ensayos clínicos formales con el objeto de determinar si la hierba de San Juan (o Hypericum Perforatum), un compuesto de origen vegetal, tenía realmente propiedades antidepresivas. Este fitofármaco se ha utilizado ampliamente desde hace mucho tiempo, en Alemania y otros países, para el tratamiento de las depresiones moderadas y de otros trastornos del afecto.

En la primera parte de esta reseña se describieron los antecedentes y los primeros trabajos que establecieron las bases para el estudio neurocientífico de las emociones. En esta segunda parte, se revisa el conocimiento actual sobre la participación de cuatro estructuras límbicas en estas funciones a partir de los trabajos pioneros de MacLean.

Han aparecido en los últimos años diversos estudios que evalúan el uso de la estimulación magnética transcraneal repetida (ETM), para el tratamiento de la depresión mayor. La mayoría de ellos han aplicado frecuencias altas de estimulación (de 5 a 20 Hz), dirigidas a la corteza prefrontal dorsolateral izquierda (CPDLI). Con el uso de procedimientos de estimulación simulada (efecto de placebo) como maniobra comparativa y mediante ensayos clínicos doble-ciegos, la mayor parte de los informes encuentran diferencias significativas entre los sujetos que reciben tratamiento activo y quienes reciben placebo.

El término “medicina basada en evidencias” (MBE) puesto en boga desde la década de los años noventa, persiste hasta la actualidad y ha permeado a todas las especialidades médicas incluyendo a la psiquiatría. El concepto entendido como “el uso consciente, juicioso y explícito de la mejor evidencia para la toma de decisiones en el cuidado de los pacientes”, no es del todo nuevo.