“Trastorno bipolar y alteraciones del sueño.
Insomnio y principales comorbilidades psiquiátricas: depresión y ansiedad”

Las alteraciones del sueño se erigen como síntomas fundamentales en el trastorno bipolar y actúan como compañeros ineludibles de otros trastornos psiquiátricos.

Desde los albores de la medicina, se ha observado una conexión intrínseca entre las alteraciones del sueño y la salud mental. En su obra "Anatomía de la Melancolía" (1621), Robert Burton relata cómo antiguos médicos griegos abordaban las dificultades para conciliar el sueño en pacientes con melancolía, prescribiendo tratamientos que incluían opio, alcohol, música tranquila y lectura. Kraepelin (1909), en la primera categorización moderna de los trastornos mentales, asoció diferentes tipos de depresión con diversos síntomas de insomnio, señalando dificultades para conciliar el sueño en la depresión neurótica y problemas para mantenerlo en la depresión endógena.

El advenimiento de la polisomnografía inspiró investigaciones pioneras en el laboratorio de Pittsburgh dirigido por D.J. Kupfer y C.F. Reynolds. En la década de 1960, compararon perfiles polisomnográficos de pacientes con depresión con aquellos de buenos durmientes, identificando diferencias significativas en el sueño, especialmente relacionadas con el sueño de movimientos oculares rápidos (MOR). El famoso metaanálisis de R. Benca en 1992 resumió estudios polisomnográficos comparando durmientes saludables con pacientes que padecían diversos trastornos mentales, destacando que los trastornos afectivos estaban fuertemente asociados con un perfil de sueño notoriamente deteriorado.

Décadas de investigación han subrayado la alta prevalencia del insomnio de manera transdiagnóstica, relacionándose con efectos adversos en el funcionamiento cognitivo, emocional e interpersonal. En este contexto, el presente boletín explorará la relación intrínseca entre las alteraciones del sueño y los trastornos afectivos, abordando su impacto en el trastorno bipolar y otros trastornos psiquiátricos relacionados y revisando avances clave en la comprensión de esta conexión crucial.

Joanna Jiménez Pavón

Este estudio prospectivo de cohorte analizó a 193 pacientes ambulatorios con trastorno bipolar. El sueño de los participantes fue evaluado mediante actigrafía. Resultados. De los 193 participantes, 110 (57%) experimentaron episodios de ánimo durante el seguimiento. Los participantes con mayor variabilidad en el tiempo total de sueño presentaron periodos más cortos entre recaídas en comparación con aquellos con menor variabilidad (12.5 vs. 16.8 meses; p < 0.001). La variabilidad en el tiempo total de sueño se asoció a mayores recaídas (HR, 1.407; IC 95%, 1.057-1.873), principalmente a episodios depresivos (HR, 1.477; IC 95%, 1.088-2.006). Conclusiones. Este artículo sugiere que la variabilidad en el tiempo de sueño podría ser útil como marcador de recaída afectiva.

17-18

Los estudios longitudinales han observado que las personas que sufren de insomnio tienen una mayor vulnerabilidad para desarrollar sintomatología psiquiátrica en comparación con aquellos que tienen un buen patrón de sueño. En particular, el insomnio se ha asociado con un mayor riesgo de depresión. En este metaanálisis de estudios que evaluaron la asociación longitudinal entre el insomnio y la psicopatología, se incluyeron trabajos originales publicados entre 2018 y 2022. La búsqueda de literatura se realizó desde abril de 2018 hasta agosto de 2022. Los resultados confirmaron la observación previa, con mayo efecto para la relación entre el insomnio y la depresión. Esto reconoce nuevamente al trastorno del insomnio como un posible proceso transdiagnóstico, con importantes implicaciones clínicas.

19-20

Las mujeres con trastorno bipolar (TB) tienen un alto riesgo de psicosis posparto (PP). En este estudio longitudinal 76 mujeres embarazadas con TB-I o trastorno esquizoafectivo bipolar, según el DSM-5, fueron seguidas desde la semana 12 de sus embarazos hasta las 12 semanas posparto. Resultados. La pérdida de al menos una noche completa de sueño durante el trabajo de parto se asoció con un incremento de las probabilidades de experimentar PP cinco veces mayor en comparación con ninguna o menos de una noche de pérdida de sueño (OR 5.19, IC del 95 % 1.45–18.54; p = .011). La calidad del sueño al final del embarazo no se asoció con PP, y ni la alteración del sueño perinatal con la depresión posparto.

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Este estudio evalúa el efecto de la melatonina exógena (exo-MEL) en pacientes eutímicos con trastorno bipolar (TB) y trastorno del ritmo sueño-vigilia retrasado (DSWPD por sus siglas en inglés). Los pacientes fueron tratados durante tres meses con exo-MEL 2 mg administrados 4 h antes del tiempo de inicio del sueño (SOT por sus siglas en inglés). Los parámetros al inicio (T0) y después del tratamiento (T1) se compararon con la prueba de Wilcoxon pareada. La puntuación en cronotipo aumentó entre T0 y T1 (p = .006), el SOT se adelantó entre T0 y T1 (p = .039), la eficiencia del sueño y el tiempo total de sueño aumentaron (p = .01 y p = .04).

23-24