Una importante cantidad de enfermedades cursan con manifestaciones neuropsiquiátricas secundarias como parte de su cuadro clínico. En este contexto, estos síntomas suelen ser inespecíficos y se acompañan de alteraciones sistémicas. El médico psiquiatra debe estar familiarizado con las entidades que más presentan estas manifestaciones dentro de las que se enumeran: enfermedades infecciosas, autoinmunes, endocrinológicas, metabólicas y oncológicas, por mencionar las más frecuentes. La evaluación interdisciplinaria, la sospecha diagnóstica, el abordaje médico completo con historia clínica, exploración física y estudios de laboratorio y gabinete forman parte imprescindible del protocolo de estudio a sabiendas de que el manejo por parte del psiquiatra deberá ser dirigido a los síntomas combinado con el tratamiento de la entidad causante.

Las infecciones del sistema nervioso central se asocian ampliamente a síntomas neuropsiquiátricos en la práctica clínica. Cada agente etiológico tiene características propias en cuanto al mecanismo y afectación a nivel cerebral. Sin embargo, en todas ellas los síntomas neuropsiquiátricos forman parte del cuadro clínico ya sea como síntomas prodrómicos, síntomas propios del cuadro o como secuela por lo que identificarlos para hacer un diagnóstico oportuno que encamine a un tratamiento adecuado, puede mejorar los pronósticos y la calidad de vida. El tratamiento contra el agente etiológico es la base, sin embargo, algunos estudios han mostrado eficacia para distintos psicofármacos. Desafortunadamente las recomendaciones de tratamiento actuales se basan en estudios abiertos o reportes de casos, más que en ensayos clínicos aleatorizados.

La comprensión, diagnóstico y tratamiento de las encefalitis autoinmunes pertenecen a un campo emergente de la neurología que se expresa a través de un amplio rango de manifestaciones neurológicas y psiquiátricas. Si bien en la actualidad, todavía se considera el diagnóstico de este tipo de padecimientos como poco común, dado el número creciente de casos descritos y de anticuerpos descubiertos, no es algo tan raro como se pensaba. Las manifestaciones psiquiátricas son frecuentes, particularmente los síntomas psicóticos. El diagnóstico de estas entidades representa un reto en la actualidad.

El diagnóstico de la encefalitis autoinmune representa un reto clínico para el profesional de la salud. La sospecha clínica es la principal herramienta para no retrasar su diagnóstico. Un estudio del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía en México encontró que el 98% de los pacientes presentaban síntomas psicóticos, depresivos, ansiosos, maniacos o incluso síndrome confusional. La evolución clínica en la mayoría de los pacientes era similar. La mayoría debutó síntomas psicóticos o maniatiformes con progresión insidiosa a síntomas catatónicos y síndrome confusional agudo. La detección temprana ofrece al paciente la posibilidad de recibir tratamiento oportuno. Explorar y solicitar oportunamente estudios paraclínicos ante la duda ya es parte fundamental de la psiquiatría moderna.