Los individuos transgénero presentan un alto grado de vulnerabilidad y podrían ser víctimas de Violencia de Pareja (VP) con mayor frecuencia que en la población cisgénero. Se realizó una revisión sistemática y metaanálisis de la literatura para determinar prevalencias y correlaciones de VP en población transgénero. Se encontró que los individuos transgénero tienen 1.7, 2.2 y 2.5 veces más riesgo de sufrir cualquier tipo de VP, violencia física y violencia sexual respectivamente, que los individuos cisgénero; estas diferencias se mantienen aun cuando se hace específicamente la comparación con mujeres cisgénero. No se encontraron diferencias significativas al comparar prevalencias de ningún tipo de VP entre individuos con sexo asignado al nacimiento, femenino o masculino, ni entre individuos que se identifican como binarios o no binarios. En este grupo poblacional, se encontró asociación entre ser víctima de violencia de pareja y presentar alteraciones sexuales, mentales y abuso de sustancias. Debido a la elevada prevalencia de VP encontrada, se requieren, para esta población de riesgo, protección legal y la creación de intervenciones preventivas y terapéuticas.

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La juventud LGBTIQ+ muestra diferencias significativas en su salud física, sexual y mental comparada con su contraparte heterosexual. Se enfrentan a obstáculos propios en su búsqueda de atención en salud, a raíz de la discriminación hacia ellos. Retardan o evitan la búsqueda de atención médica debido en gran medida por un estigma anticipado. Las intervenciones digitales se muestran prometedoras para mejorar el acceso a la salud de los jóvenes LGBTIQ+ ya que por su propia naturaleza les permiten eludir las barreras. Estos jóvenes encuentran en estas un entorno anónimo y seguro donde explorar su identidad. A pesar de todo, la evidencia que apoya su eficacia no es buena o ni siquiera constante. Se analizaron 38 estudios entre los cuales se examinan 24 intervenciones en la población LGBTIQ+. La mayoría de estas intervenciones se desarrollaron en sitios web o en aplicaciones móviles. Aunque claramente eficaces y aceptados por los jóvenes de la comunidad LGBTIQ+, su viabilidad resulta cuestionable, ya que variables como el compromiso y la adhesión no fueron analizados, sin bien parecen adecuados por factores externos, como el tiempo de permanencia en pantalla.

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La Disforia de Género (DG) es el malestar intenso derivado de la discrepancia entre el género asignado y el experimentado (o identidad de género). Su definición tiene un impacto significativo en las personas que buscan una transición o afirmación de género. En una revisión de 1491 artículos de los cuales 20 cumplieron criterios de inclusión, se sintetiza la investigación cualitativa existente acerca de la experiencia vivida de la DG en adultos. Se identificaron cuatro conceptos generales: malestar (distress) por la disonancia entre el género asignado y el experimentado; interfaz entre el género asignado, la identidad de género y la sociedad; consecuencias sociales de la identidad de género y el procesamiento interno de rechazo y transfobia; estos conceptos se describen y discuten en la revisión.

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En esta revisión sistemática con un metaanálisis de la información disponible sobre factores de riesgo para Autolesiones No Suicidas (ANS) o Conductas Suicidas (CS) en la población de jóvenes LGBTQ+, se realizó una búsqueda en distintas bases de datos de estudios empíricos cuantitativos que evaluaran riesgos asociados a ANS y suicidio en personas LGBTQ+ de 12 a 25 años. La prevalencia combinada de victimización en jóvenes LGBTQ+ con ANS o CS fue de 36% y la prevalencia de dificultades en la salud mental de 39%. Se encontró, en esta población LGBTQ+, un OR de 3.74 para sufrir victimización y un OR de 2.67 para sufrir problemas de salud mental en comparación con sus pares cisgénero heterosexuales.

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