El suicidio en adolescentes es un problema de salud mental global; por lo tanto es importante explorar las variables asociadas con los intentos de suicidio para el desarrollo de las intervenciones terapéuticas. El objetivo del estudio fue explorar las asociaciones entre el comportamiento sedentario durante el tiempo libre y los intentos de suicidio. Los autores realizaron un análisis de regresión logística multivariable y meta-análisis. De 126392 estudiantes de 43 países, 10.6% había intentado suicidarse. La prevalencia de intentos de suicidio aumentó a mayor sedentarismo durante el tiempo de ocio al día (del 9% a < 1 hora/día al 16.8% a> 8 horas/día). Los resultados sugieren que el comportamiento sedentario en el tiempo libre se asocia con mayores probabilidades de intento de suicidio en la adolescencia.

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Este estudio busca determinar el riesgo de presentar sintomatología depresiva y/o riesgo de suicidio en pacientes con enfermedades crónicas, así como los factores que influyen en dicha relación.


Se incluyeron 286 pacientes; se obtuvo información mediante un formato de información: la Escala de Probabilidad de Riesgo Suicida y el Inventario de Depresión de Beck. Se encontró una relación positiva estadísticamente significativa entre las puntuaciones en las dos escalas utilizadas; las puntuaciones de dichas escalas fueron significativamente mayores en aquellos pacientes que refirieron un mal estado mental, una pobre calidad de vida, un bajo nivel socioeconómico y un pobre soporte familiar. Se concluyó que la enfermedad crónica es un factor de riesgo para la depresión y la conducta suicida, y las variables antes mencionadas aumentan la vulnerabilidad del paciente para presentar dichos trastornos mentales.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) estipula que aproximadamente cada año cerca de 800 000 personas se quitan la vida en el mundo. El suicidio es una condición que tiene un impacto devastador en la familia y la comunidad, y deja una huella permanente en los familiares del suicida. En el presente artículo se realizó un estudio retrospectivo de tipo naturalístico en un centro de salud mental afiliado a una Universidad de Tel Aviv, en Israel.Obtuvieron la información demográfica y clínica de una base de datos de adolescentes que fueron hospitalizados por presentar conductas suicidas del 1° de enero del 2001 al 31 de diciembre del 2010. Los diagnósticos clínicos durante su estancia hospitalaria fueron realizados por psiquiatras certificados, utilizando los criterios del DSM-IV y del DSM-IV-TR. Se obtuvo una muestra de 122 pacientes jóvenes, 57 hombres y 65 mujeres, internados de manera consecutiva por presentar comportamiento suicida.La media de edad del grupo en estudio fue de 15.77 ± 1.88 años. Hubo una diferencia estadísticamente significativa entre el grupo que atentó contra su vida en el momento de la admisión con respecto al género (69% en el grupo de intento suicida en comparación al 47% in el grupo de ideación suicida) (Chi cuadrara=4.61, gl=1, p=0.032).Los trastornos del afecto (depresión mayor, distimia y trastorno depresivo NOS) fueron diagnosticados en 44 pacientes (36%); trastornos psicóticos (Esquizofrenia, Trastorno Bipolar fase maniaca y trastornos psicóticos NOS) en 20 pacientes (16%); trastornos de personalidad tipo B y trastornos de conducta en 58 pacientes (48%).La presente investigación pone de manifiesto cuáles variables clínicas y demográficas podrían predecir un intento de suicidio en pacientes jóvenes durante su estancia hospitalaria. La edad, el ser mujer y el abuso de drogas (cannabis) fueron las variables que mostraron más poder predictivo en el modelo de regresión logística.

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El proceso de formación de los profesionales de la salud demanda entrenamientos que condicionan estrés crónico, psicopatologías serias que afectan su ámbito personal. A pesar de las tasas elevadas de burnout, depresión y suicidio entre esta población, son pocos los que reciben tratamiento. Esto se debe a algunas barreras como la preocupación por la confidencialidad, el estigma, las probables repercusiones en la carrera profesional, así como los costos y el tiempo del tratamiento. El uso de aplicaciones móviles y herramientas basadas en la web han mostrado poder mitigar el estrés, el burnout, la depresión y la ideación suicida en esta población. Se realizaron búsquedas de artículos en PubMed, Google y sitios especializados en estrategias de bienestar, así como sitios de aplicaciones móviles que evaluaran intervenciones para la prevención de estrés, burnout, depresión y suicidio, aplicables a estudiantes y trabajadores de la salud. Éstas debían garantizar la confidencialidad de los usuarios, su conveniencia y costo, así como la solidez de la evidencia para mostrar la efectividad de las estrategias. Entre las categorías de búsqueda se seleccionaron: La terapia cognitiva conductual en línea, la meditación, las técnicas de mindfulness, las técnicas de relajación y respiración. De los 36 recursos encontrados se seleccionaron siete que cumplían los criterios de selección para promover bienestar y disminuir el burnout, la depresión y el riesgo suicida entre los trabajadores de la salud.La identificación de siete recursos digitales que acerquen la atención al personal de salud en formación y en activo puede ser una alternativa como parte de programas de prevención de acuerdo al establecimiento de salud y a la población que se dirija la estrategia.

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