Varios investigadores han sostenido durante mucho tiempo que muchas de las características de los pacientes con trastorno limítrofe de la personalidad (TLP) se originan en la infancia o en la adolescencia. Esta idea se ha alimentado de dos teorías: la de los investigadores de orientación psicoanalítica que han observado que hay mucha relación entre los síntomas de los pacientes limítrofes y las características del desarrollo en la infancia, y la de los investigadores no psicoanalíticos que han estudiado la presentación del TLP durante la infancia y la adolescencia.

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La cobertura televisiva sobre los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 contra las Torres Gemelas del WTC en los Estados Unidos, fue inmediata, gráfica y penetrante. Es evidente que los adultos y los niños no necesitan estar presentes en un acontecimiento traumático para mostrar síntomas de estrés, especialmente si se identifican con las víctimas. Los efectos inmediatos en la salud mental de las personas que se encuentran lejos del sitio de una catástrofe no se han examinado frecuentemente.

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El interés en la 3,4-Metilenedioximetanfetamina (MDMA) ha crecido considerablemente desde que se comenzó a discutir en torno a ella en la bibliografía psiquiátrica. El uso del “éxtasis” por los adolescentes y los adultos jóvenes en la escena Rave, y más recientemente en ambientes privados, se ha incrementado a pesar de que se ha acumulado cierta evidencia de sus peligros potenciales.

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El “éxtasis” es neurotóxico en los animales y en los humanos. Se han descrito diversos efectos neurotóxicos que pueden aparecer de novo o ser persistentes, que se inician en el periodo de intoxicación. De éstos, los más frecuentemente reportados son: crisis de angustia con evolución a la psicosis, explosiones de agresividad, flashbacks, ideación suicida, déficit mnésico, trastornos cognoscitivos, ansiedad, ansia por comer chocolate y carbohidratos, trastornos del sueño, anorexia, otros trastornos alimentarios y temores persistentes.

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