Los hipnóticos Z (Zaleplon, ezopiclone y zolpidem) son medicamentos que actúan sobre el receptor GABA en una subunidad diferente a la que actúan las benzodiacepinas lo cual les confiere características particulares. Con el fin de conocer mejor la eficacia de estos compuestos se publicó un meta-análisis con los ensayos clínicos comparados con placebo, que fueron sometidos para su registro a la agencia gubernamental de control de alimentos y medicinas (FDA) en los Estados Unidos de Norteamérica. Los resultados muestran que los fármacos Z mejoran subjetiva y objetivamente la latencia al sueño, particularmente en sujetos jóvenes y del sexo femenino. Sin embargo, la diferencia con el efecto producido por el placebo fue muy baja por lo que la prescripción de este grupo de medicamentos deberá ser valorada en conjunto con el riesgo de producir efectos adversos, incluyendo un posible fenómeno de adicción.

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Está claramente identificado que los pacientes esquizofrénicos empeoran clínica y funcionalmente en la medida en que recaen y sufren episodios subsecuentes. Es por ello fundamental que su tratamiento integral incluya la prevención de nuevos episodios. Un trabajo reciente valoró por medio de un procedimiento de meta-análisis si los ensayos clínicos publicados concernientes a la prevención de recaídas mostraban diferencias entre los antipsicóticos de primera y de segunda generación. Si bien como grupo los de segunda generación mostraron superioridad, ésta no se pudo demostrar cuando se analizaron individualmente.

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Durante mucho tiempo el litio fue el fármaco de elección para el tratamiento del trastorno bipolar. Sin embargo su uso en monoterapia ha ido declinando progresivamente en el curso de los años ya que ahora la mayor parte de los clínicos lo prescribe adicionándolo a otros fármacos. Con la finalidad de comprobar si el agregar litio a un tratamiento convencional genera un mayor beneficio, se desarrolló un ensayo clínico cuyo elemento distintivo fue que incluyó a pacientes con características más similares a los que se encuentran en los escenarios clínicos reales. Aunque no se mostró que el agregarlo generara claramente una eficacia mayor, los autores discuten sobre las causas de estos resultados y proporcionan argumentos para poder seguir considerando al litio como una opción eficaz y segura en este trastorno.

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Los autores de este estudio evaluaron el efecto de una intervención psicológica temprana para reducir la intensidad y la gravedad de la reacción postraumática y evitar el desarrollo ulterior de un trastorno de estrés postraumático. Se calcula que el 60% de los hombres y el 50% de las mujeres experimentan un evento traumático en algún momento de su vida y que un cierto número de ellos desarrollará un trastorno de estrés postraumático, por lo que determinar qué tipo de intervenciones psicológicas podrían prevenir su aparición es un objetivo a lograr. Los resultados mostraron que la intervención temprana es un procedimiento efectivo para reducir los síntomas de depresión y de estrés postraumático uno y tres meses después del evento, sin generar efectos contraproducentes.

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