El trastorno bipolar (TB) de inicio durante la infancia y adolescencia es un serio padecimiento que impacta el nivel de funcionamiento de los pacientes durante esta etapa de la vida. Los jóvenes con TB suelen tener episodios de larga duración y un elevado riesgo de conducta suicida. Por lo general, en las primeras etapas del padecimiento se presentan más episodios de depresión y de manía que periodos de eutimia.

La depresión entre los adolescentes es un problema frecuente y de alto impacto que afecta varias áreas funcionales como la escolar y la familiar además de dificultar las relaciones sociales. Muchos de estos casos, sin embargo, pasan sin ser identificados ni tratados adecuadamente.

En el curso de las últimas dos décadas han surgido dos aspectos importantes en relación al tratamiento de la esquizofrenia. Estos aspectos se han colocado como áreas de reto en las que se requiere investigar a profundidad. El primero de ellos corresponde a las importantes alteraciones cognitivas que se desarrollan en estos pacientes, particularmente la afectación de la memoria a corto plazo y las alteraciones de las funciones ejecutivas.

Son pocos los pacientes con trastorno bipolar (TB) que responden rápidamente a las intervenciones terapéuticas por lo que en las primeras etapas del tratamiento persisten con disfunción psicosocial y con riesgo de conducta suicida. Por consiguiente, los tratamientos que reduzcan esta latencia a la respuesta tendrán un importante beneficio en el ámbito de la salud pública.

La asociación entre adversidades durante la infancia y el desarrollo de trastornos mentales en los adultos se ha documentado en forma consistente en las encuestas epidemiológicas. Sin embargo, estos trabajos han evaluado un solo evento adverso por estudio, a pesar de que se reconoce que los eventos adversos tienen una tendencia a presentarse en forma múltiple y agregada.

Los síntomas negativos constituyen un elemento fundamental de la esquizofrenia. Afectan la capacidad del paciente para enfrentar los requerimientos cotidianos y tienen un impacto importante sobre su calidad de vida. En la esquizofrenia crónica el tratamiento de los síntomas negativos residuales continúa siendo un obstáculo mayor a pesar de que los antipsicóticos atípicos muestran un cierto efecto para su control.

A pesar de que los episodios de manía son la característica fundamental del trastorno bipolar tipo I, se ha documentado que durante la mayor parte del tiempo de la enfermedad los pacientes cursan con episodios depresivos prolongados. Si bien se ha discutido en los últimos años si los antidepresivos deben considerarse una alternativa farmacológica para el tratamiento de la depresión bipolar, poco se ha evaluado en torno a si otras alternativas de tratamiento tienen suficiente eficacia y tolerabilidad.