Eficacia, aceptabilidad y viabilidad de las intervenciones digitales de salud para los jóvenes LGBTIQ+: revisión sistemática

Eficacia, aceptabilidad y viabilidad de las intervenciones digitales de salud para los jóvenes LGBTIQ+: revisión sistemática

Es bien sabido, que la juventud lesbiana, gay, bisexual, transexual, intersexual, queer y los demás miembros de las llamadas minorías sexuales (LGBTIQ+) muestra diferencias significativas en su salud física, sexual y mental en comparación con su contraparte heterosexual. Al cabo del tiempo estas diferencias se traducen en una comorbilidad para la edad adulta, que representa un gran problema de salud pública que exige intervenciones enérgicas y tempranas.

Los jóvenes LGBTIQ+ se enfrentan a obstáculos propios, en la búsqueda de la atención a la salud, que van desde el bajo o nulo apoyo de sus padres (pudiendo esto llegar al grado de perder su vivienda) y la falta o pérdida de empleo, esto a raíz de la discriminación hacia ellos. Todo esto puede ser explicado con el modelo de Estrés de Minorías que propone la existencia de estresores específicos que llevan a las personas de la comunidad a posiciones de mayor vulnerabilidad social, componiéndose de homonegatividad internalizada, ocultamiento de sexualidad y experiencias de estigma. Dentro del rubro de la discriminación, los jóvenes de la comunidad LGBTIQ+ retardan o evitan la búsqueda de atención médica debido en gran medida por un estigma anticipado, donde se considera que el personal de salud no es apto o no tiene la capacidad de ofrecer apoyo libre de discriminación, así como la preocupación por la divulgación de su información, esto suele ser más evidente entre los jóvenes queer, trans y de género no binario.

En la última década, las intervenciones digitales (ya sea por sitios web, teléfonos inteligentes o aplicaciones) se han convertido en un área prometedora para mejorar el acceso a la salud para los jóvenes LGBTIQ+ ya que por su propia naturaleza les permiten eludir las barreras que hemos mencionado. Además de la evidente accesibilidad de horarios y que no se requiere trasporte para su acceso, las intervenciones digitales aportan otras facilidades particularmente favorables para la comunidad, como es el anonimato; además que los modelos autoguiados de algunas de éstas permiten a los consumidores tener un mayor control y una sensación de empoderamiento para con su salud. A pesar de todo, la evidencia que apoya su eficacia no es buena o ni siquiera constante, además de mostrarse limitada en el número de intervenciones que han sido investigadas, se sabe que cuenta con índices muy altos de deserción que van desde el 60% al 80% de sus usuarios.

Si bien, la tecnología digital tiene sus funciones, no se deben de perder de vista los pros y contras del uso de estas. La evidencia demuestra que para los jóvenes en general el internet y las redes sociales puede ser perjudiciales por las interacciones tóxicas, contenidos angustiosos, normalización de las autolesiones y conductas suicidas (esto es más frecuente en la comunidad LGBTIQ+); por otro lado, los jóvenes de la comunidad encuentran en estas un entorno anónimo y seguro donde puede explorar su identidad, buscar amistades e incluso pareja, además de dirigirse a recursos relevantes para ellos. Es aquí donde las intervenciones digitales para la comunidad LGBTIQ+ (o incluso no específicas) tienen su cenit. A pesar de su tiempo de existencia no hay un estudio que nos hable del alcance de éstas dentro de la comunidad LGBTIQ+. Knight et al. hicieron una revisión de las intervenciones para el VIH y otras Infecciones de Trasmisión Sexual (ITS) en hombres jóvenes que tienen sexo con otros hombres por sitios web, sin embargo, omitieron otras modalidades digitales, otros padecimientos y no incluyeron mujeres, intersexuales, ni pacientes transexuales o no binarios. Aunque ha habido también estudios sobre salud mental utilizando intervenciones digitales, estos no se centran en el uso de dicha tecnología o sus características, y mucho menos en su eficacia o que tan factibles o fáciles de usar resultan para la comunidad LGBTIQ+, siendo estos los principales objetivos del estudio.

Para el estudio realizaron una investigación en diversas bases de datos como PsycINFO, MEDLINE, Scopus y Google Schoolar entre otras, buscando estudios que llevaran a cabo la evaluación de intervenciones diseñadas para realizar cambios a través de medios predominantemente digitales en jóvenes (12 a 25 años) LGBTIQ+ que buscaran mejorar resultados de salud o prevenir resultados negativos en la misma. Limitado a estudios publicados después del 1 de enero de 2000, buscados entre julio de 2019 y abril 2020, se identificaron un total de 2192 estudios, de los cuales únicamente 165 fueron seleccionados como texto completo, para al final tener un total de 38 que formaron parte del estudio, entre los cuales se examinan 24 intervenciones que se realizaron en 3 países (Estados Unidos, Reino Unido y Nueva Zelanda). Lo más constante, en 17 de ellos, fue que las intervenciones estuvieran dirigidas al riesgo de ITS, 5 a salud mental, una a la salud física y la última a la salud sexual y bienestar. Aunque 22 se centraban en la población LGBTIQ+, 19 se centraban en hombres (homosexuales y bisexuales), ninguno de los estudios se centraba en mejorar la salud de mujeres o intersexuales. Los tiempos de aplicación también fueron variados desde los 10 minutos a las 3 horas y media.

Específicamente sobre salud mental, las intervenciones se centran en las dificultades, la reducción de síntomas, la prevención del abuso de drogas y aspectos no específicos del bienestar psicológico, y están dirigidas a varios grupos de la comunidad LGBTIQ+. Es de llamar la atención que solo una de las intervenciones en salud mental tuvo la participación de la comunidad dentro de su desarrollo, mientras las demás solo se basaron en las teorías, de la misma manera las intervenciones dirigidas hacia la salud física o sexual tenían esta misma característica en general, contrariamente, las intervenciones con enfoque en la reducción de ITS, si contaban con la participación de la comunidad LGBTIQ+ para su diseño.

Como era de esperar, en esta época la mayoría de estas intervenciones se desarrollaron en sitios web o aplicaciones móviles, en su mayoría multimedia y con poca o nula interacción social, donde se entregaba información para realizar los cambios pertinentes en la naturaleza de cada intervención, ya sea creando conciencia sobre el problema o mediante la enseñanza de habilidades para el mismo, 16 de las intervenciones fueron permanentes lo que completaba en gran medida la interacción.

Aunque claramente eficaces y aceptadas por los jóvenes de la comunidad LGBTIQ+, la viabilidad resulta cuestionable, ya que variables como el compromiso y la adhesión no fueron analizados, aunque por factores externos, como el tiempo de pantalla, parecen adecuadas. Debemos aceptar que la sociedad ha evolucionado al punto que las redes sociales y las aplicaciones móviles forman parte de nuestro entorno cotidiano y la mayoría de los jóvenes depende de estas para realizar varias de sus actividades cotidianas, teniendo la ventaja de ser privadas, pueden ser una herramienta ideal para los jóvenes de la comunidad LGBTIQ+ para poder acceder a servicios, como los de salud, evitando en lo posible el estrés de minorías que impera en nuestra sociedad, pues debemos recordar que México desde 2019 es el segundo país con más crímenes de odio por homofobia, solo superado por Brasil. Realizar mayores estudios sobre la eficacia de estas intervenciones digitales permitirá normar y mejorar la experiencia y aumentar las intervenciones que pueden ser ofrecidas a la comunidad; sin embargo, también es importante señalar que estas deben de ser creadas con el apoyo de los miembros de dicha comunidad, para garantizar que estén libres de estigmas que puedan causar rechazo y aumentar esta brecha de búsqueda de atención por parte de los jóvenes LGBTIQ+.

  • David Gustavo Rodríguez Ramos
REFERENCIAS
  • Cámara de Diputados H. Congreso de la Union. (2019, 28 febrero). México ocupa el segundo lugar en crímenes de odio; primordial, crear una ley general de diversidad sexual. Boletin 1159. www.diputados.gob.mx. http://www5.diputados.gob.mx/index.php/esl/Comunicacion/Boletines/2019/Febrero/28/1159-Mexico-ocupa-el-segundo-lugar-en-crimenes-de-odio-primordial-crear-una-ley-general-de-diversidad-sexual
  • Costa, Angelo Brandelli, Paveltchuk, Fernanda, Lawrenz, Priscila, Vilanova, Felipe, Borsa, Juliane Callegaro, Damásio, Bruno Figueiredo, Habigzang, Luisa Fernanda, Nardi, Henrique Caetano, & Dunn, Trevor. (2020). Protocolo para Avaliar o Estresse de Minoria em Lésbicas, Gays e Bissexuais. Psico-USF, 25(2), 207-222. Epub August 14, 2020. doi: 10.1590/1413-82712020250201
  • Gilbey, D., Morgan, H., Lin, A., & Perry, Y. (2020). Effectiveness, Acceptability, and Feasibility of Digital Health Interventions for LGBTIQ+ Young People: Systematic Review. Journal of Medical Internet Research, 22(12), e20158. doi: 10.2196/20158