Riesgos y daños en la salud mental del personal sanitario por la atención a pacientes con COVID-19

Riesgos y daños en la salud mental del personal sanitario por la atención a pacientes con COVID-19

La pandemia causada por el coronavirus SARS-CoV-2 ha crecido exponencialmente y ha provocado miles de decesos. Su impacto va más allá del espectro de las manifestaciones clínicas de la enfermedad; la aparición de este virus ha cambiado radicalmente el modo de vida y la economía de prácticamente todo el mundo, y ha enfrentado a la humanidad a una realidad a la que no estábamos preparados. Dentro de las repercusiones más importantes, se encuentra el impacto a la salud mental del personal sanitario que atiende a los pacientes con COVID-19, debido al riesgo de desarrollar trastornos psicológicos y hasta enfermedades mentales.

El objetivo de esta revisión sistemática de la bibliografía, es destacar las variables asociadas al impacto de la pandemia COVID- 19 sobre la salud mental del personal de salud que trata a los pacientes con esta enfermedad.

Algunas variables que pueden contribuir a la carga emocional del personal de salud son: el número creciente de casos sospechosos y confirmados; las jornadas laborales largas y extenuantes que impiden mantener un equilibrio entre las necesidades propias y las de los pacientes, la escasez de equipo de protección personal; la difusión en los medios de comunicación y redes sociales; la inexistencia de un tratamiento específico y eficaz o de una vacuna; la angustia de convertirse en un paciente más y en un foco de infección para familiares y seres queridos; la necesidad de tomar decisiones difíciles como la utilización de recursos escasos en pacientes igualmente necesitados; la obligación de brindar la mejor atención médica posible a pacientes gravemente enfermos en un sistema de salud colapsado, y la difícil tarea de equilibrar los deseos propios con el deber. Estas variables generan vulnerabilidad, misma que se ve exacerbada por las condiciones de trabajo y recomendaciones de manejo que cambian constantemente debido al poco conocimiento de la enfermedad, el miedo al inminente desabasto del equipo de protección personal y la aparición de nuevos dilemas éticos al tener que racionar recursos indispensables entre pacientes igualmente necesitados. Por otro lado, están las preocupaciones financieras y la sensación de estar perdiendo habilidades y destrezas clínicas al estar fuera de los hospitales; específicamente los estudiantes y becarios presentan ansiedad intensa, incertidumbre y pérdidas considerables de rutinas y de tradiciones, de experiencia, de oportunidades educativas, de conexiones sociales, ademas de que muchos son testigos de frecuentes pérdidas de vidas.

Algunos trabajadores de la salud que se enfrentan a estos desafíos morales o situaciones traumáticas pueden desarrollar cierto daño moral y/o problemas de salud mental. El daño moral es la angustia psicológica que resulta de las acciones, o falta de ellas, que violan el código moral o ético de alguien; los individuos que desarrollan este daño son propensos a tener una concepción negativa de sí mismos, sus pares o superiores, así como fuertes sentimientos de culpa, vergüenza, disgusto o aversión, factores que pueden desencadenar alteraciones mentales como depresión, trastorno de estrés postraumático e incluso ideación suicida.

El hecho de que un individuo desarrolle o no un trastorno puede estar determinado por el grado y calidad del apoyo recibido con anterioridad, durante y después de un incidente desafiante. Dentro de las estrategias para mitigar los efectos sobre la salud mental del trabajador de la salud se encuentran:

  1. Detectar comportamientos que pueden indicar alteraciones en la salud mental (Tabla 1).

  2. Fortalecer habilidades de manejo de estrés antes de enfrentarse a la situación: conocer lo mejor posible el trabajo a desempeñar, participar en ejercicios y simulaciones que expongan al personal de salud a situaciones desencadenantes de estrés, contar con un “kit de reductores de estrés” seleccionado individualmente.

  3. Mantenerse en el mejor estado de salud posible: evitar alcohol, tabaco y drogas ilegales, dormir y descansar lo suficiente, aprovechar el tiempo libre para relajarse, hablar de sus sentimientos y temas no relacionados con el trabajo o la pandemia con familiares y seres queridos.

  4. Tomarse el tiempo para renovar su espíritu: es importante evitar el identificarse en exceso con el dolor y el trauma de los pacientes, ya que puede desarrollarse “fatiga por compasión”; es importante detectar y aceptar cuando se necesite finalizar el contacto directo con los pacientes y avisar a quien corresponda para recibir apoyo. Las micro prácticas, como el autocontrol, la autoconciencia, y la respiración diafragmática, son herramientas altamente procesables y reproducibles que requieren un tiempo mínimo para aprenderse e implementarse, y sirven como una alternativa para lidiar con la ansiedad y fatiga por compasión. Otra estrategia que debe considerarse es el apoyo temprano; se debe preparar adecuadamente al personal para el trabajo y los desafíos asociados, los líderes del equipo deben ayudar al personal a comprender las decisiones moralmente desafiantes que se toman y tener conversaciones con el personal sobre el impacto emocional de su trabajo (pueden realizarse remotamente en caso necesario), los miembros del equipo más experimentados deben vigilar a los más jóvenes y verificar como se encuentran anímicamente. Asimismo, el Instituto Nacional de Excelencia en Salud y Atención recomienda mantener un monitoreo activo del personal de salud, aún cuando la crisis haya sido superada.

Los estudios revisados ponen de manifiesto la importancia de prestar especial atención al bienestar de la salud mental de los trabajadores de la salud, especialmente mujeres y enfermeras que tratan en primera línea al paciente con COVID-19.

Tabla 1
Síntomas físicos Aumento de la frecuencia cardiaca, palpitaciones, tensión muscular, cefalea, alteraciones gastrointestinales, náusea, incapacidad para relajarse, alteraciones en el sueño, pesadillas, y aumento o disminución de los niveles de energía y actividad.
Síntomas psicológicos Sentimientos negativos, dificultad para mantener el equilibrio emocional, dificultad para concentrarse, resolver problemas, tomar decisiones, seguir instrucciones y pensar con claridad.
Conductas de riesgo Aumento en el consumo de alcohol, tabaco y drogas de prescripción e ilegales, toma de riesgos innecesarios, no usar equipo de protección personal, negarse a seguir órdenes, poner en peligro a los miembros del equipo.
Conflictos sociales Conflictos con sus compañeros o familiares, retraimiento y aislamiento.

Debido al trato directo con el dolor y padecimiento de otros seres humanos, los médicos y el personal de salud en general tienen riesgo de desarrollar estrés, angustia, depresión y fatiga por compasión; aunque la prevalencia de estos varía, se sabe que los índices son altos y que se incrementarán considerablemente al hacer frente a esta pandemia. Los cambios en el estilo de vida por el aislamiento y distanciamiento social generan en la sociedad en general una carga psicológica importante; en el caso del personal de salud, se agrega además una transición abrupta de la práctica clínica diaria.

Estos son, sin duda alguna tiempos extraordinarios; los trabajadores de la salud serán los héroes del día, pero los necesitaremos también el día de mañana, por lo que debemos asegurarnos de que cuenten con los recursos necesarios para sortear todos y cada uno de los retos que enfrenten durante esta crisis, sin que estos causen daños duraderos. Es indispensable concientizar al personal de salud, los directivos y los gobernantes, para diagnosticar oportunamente y ofrecer todas las herramientas y apoyo posible a quien lo requiera. Además, debemos prepararnos para que una vez superada esta etapa, el personal de salud reciba el apoyo y guía necesarios para recuperar la confianza y seguridad de tratar a los pacientes de manera tan natural como antes se hacía.

La protección, seguridad y bienestar de los trabajadores de la salud, es componente fundamental e inapelable de las medidas de salud pública para abordar la pandemia por COVID-19.

  • Sofía Vidal de la Fuente
REFERENCIAS
  • Torres-Muñoz V, Farias-Cortés JD, Reyes-Vallejo LA, Guillén-Díaz-Barriga C. Mental Health risks and damage in healthcare personnel due to treating patients with COVID-19. Revista Mexicana de Urología, 2020;80(3):1-10.